Los gatos son seres salvajes, libres van y vienen. Mi gato, al que bautizamos “mamerto”, era más bien el gato de mi mujer, nos acompaño por casi 7 años. Un dia llegue de un largo, largo viaje y me fui a acostar y al abrir mis ojos ese pequeño gatito gris estaba acostado a mi lado, abrazando la cabecera de la misma forma que yo. Mi mujer los habia rescatado despues que matarán a su madre. Este gatito y su hermana corrían por la casa, escondiendo mis calcetines, mirando por la ventana. Pero cuando llegaba mi mujer par mi gato era una fiesta, reconocía el rápido taconeo a varias cuadras de la casa y se quedaba fijo esperando en la puerta. Cuando ella entraba, el corría a hacer cariño y pedir que lo tomarán en brazos. Le gustaba el pescado y el yogurth. Cazaba insectos. No le gustaba la lluvia ni que otros gatos pasaran frente a la casa. Su adoración era dormir a los pies de la cama y que mi mujer le rascará la cabeza. Donde ella se movía, allá la seguía. Creo que instintivamente sabia quien le había salvado la vida. A mi solo me buscaba para pedir algún juguete, comida o cariño empujando mi mano con su cabeza o mordiendo suavemente mi codo para indicarme la dirección de lo quería que le alcanzara.
En 2009 nos cambiamos a una casa y mi gato tomo la costumbre de escapar por una o dos horas. Si yo trataba de atraparlo esperaba que me acercara, se revolcaba en el suelo, y a un paso echaba a correr unos metros. Tenia que salir mi mujer y llamarlo y el corría a sus brazos. En el gran terremoto del 2010 salto por una ventana y no volvió en dos días. Al llegar venía encandilado y con las uñas romas. Probablemente quedo atrapado y se demoro en salir. En otra ocasión, mi perrita y mi gata jugando, lo aplastaron. Mordió a mi perra y perdió dos dientes. Esto es una anécdota porque tenía en general muy buen carácter. Cuando yo le hablaba el trataba de responder. Su principal característica era su habilidad para detectar cuando alguien estaba triste. Se acercaba lento y lamia la mano del que estaba con pena.
Este sábado mi gato no volvió, pasaron las dos horas que fueron tres y cuatro. Recorrimos el barrio, los alrededores, llegamos a la playa junto a mis perros buscando al hermano gato. Finalmente lo encontramos muerto en un patio de una casa en venta, en un pozo , con una herida en la ingle que lo desangro. Mi gatito se tuvo que ir. He tenido muchos gatos, pero este era especial Jamas podremos olvidarlo o reemplazarlo. No era una mascota, era mi amigo, era un hijo cubierto de pelaje gris. Lo enterramos en el patio de la casa de mis padres, envuelto en un chaleco de mi mujer, para que siempre sepa que la mama lo abraza.
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